jueves, 10 de febrero de 2011

Puno: agua sol y fe

La tarde del día jueves 03 de febrero nos dirigimos al terminal terrestre de Arequipa, para seguir rumbo a Puno; la compra de los pasajes fue toda una odisea pues en el terminal, en una de las líneas, un chico nos dijo que los buses iban hacia donde queríamos llegar, pero sin ninguna seguridad pues había paro, cosa que nunca fue cierta y que nos “obligó” a extender la estadía en Arequipa por un día más, que aprovechamos para seguir conociendo, entre estos el templo de Santo Domingo por su interior, la experiencia fue sobrecogedora e inolvidable. El día viernes 04 de febrero partimos a las 14:30 hrs. de Arequipa rumbo a Bolivia nuestro próximo objetivo: Puno,pasando por Juliaca,que queda un poco más al norte.
La fiesta de la Mamacha Candelaria:
La ciudad de Puno a casi 4000 msnm, se yergue a orillas del Lago Titicaca: el lago sagrado del Imperio Inca. Una vez allí nos encontramos con una copiosa lluvia y temperaturas bastante bajas; buscamos alojamiento, lo que nos costó bastante, pero eso no amainó nuestras ganas de ver la celebración de la fiesta de la Virgen de la Candelaria, que por cierto moviliza a miles de peruanos de distintos puntos del país, cofradías religiosas y turistas nacionales y extranjeros.

Puno : Capital del folclor de todo el Perú
El mismo día que llegamos  arribaban también los grupos de danzantes y músicos que venían a rendir homenaje y a pagar mandas a la Mamacha, la fiesta era tan alucinante que concordamos que esta “parada obligada” sería con todo gusto; estuvimos largas horas en la Plaza Mayor y alrededores viendo a los grupos que venían a presentarse ante la Virgen,  gente de muchas nacionalidades, incluso un par de gringas metidas en una de los grupos de Morenada, amén de otros que medio achispados ya bailaban detrás marchando por las calles de la ciudad. Nos fuimos a dormir alrededor de las tres de la mañana, pero aún sonaban los bronces y cueros (percusiones) de todos los grupos que llegaban, hasta casi las siete de la mañana (a la altura en que estábamos amanecía muy temprano, a las seis de la mañana ya había luz).

Al día siguiente: sábado, los grupos descansaban o bien eran recepcionados y agasajados por diversas asociaciones. Nuestros pasos se dirigieron al Puerto Muelle del lago Titicaca,  tomamos un mototaxi, ya en el puerto hicimos muchas fotos, conocimos a un perro nadador, subimos a un bus-museo donde había 42 especies, embalsamadas, de diversas aves y peces propios del lago. Comimos en las cocinerías del puerto, visitamos una feria artesanal; llegada la tarde y devuelta en el hostal Weimar presento síntomas del mal de altura y dolor de espalda que lo tenía algo inmovilizado –“pero bastó hacerme una sesión corta de reflexoterapia, para quedar nuevamente operativo”.
Durante esa noche las asociaciones de danzantes harían pasacalles, cosa que no podíamos dejar de ver y vivir. Bien arropados y dispuestos a mojarnos, bajamos hacia la plaza, tratando de ubicar los mejores lugares para poder disfrutar el espectáculo (al menos por esta vez mi estatura fue punto a favor). Vimos  Morenadas, con unas chicas bellas bailando con delicadeza suma, y los señorones muy elegantes; y los orgullosos Zambos Caporales, con bailarines altivos y en especial bailarinas muy coquetas.
Las pieles iban desde el moreno muy oscuro, hasta el caucásico casi transparente, ojos de miel, de cielo y de agua de mar (nota de Paula: se me cayeron algunas lágrimas de puritita emoción: esa música, esos bailes siempre me hacen funcionar el pelómetro). Mojados y con una par de hamburguesas con papas fritas (dentro del pan) verdura, y cremas como le llaman acá a las salsas, volvimos al hostal Urpi, para al día siguiente levantarnos temprano, ver el pasacalles de los grupos que ya se habían presentado en el estadio Monumental en el concurso, con sus trajes de luces, máscaras y demases, que seguían bailando en honor de la Candelaria.
Eran las 14 horas cuando nos dirigimos al terminal terrestre de Puno para consultar por las salidas y valores de los pasajes rumbo a Copacabana, no había nada que se ajustara con nuestros horarios solo combis hacia Desaguadero, tomamos un taxi para que nos llevará al hostal cargáramos las mochilas y nos volviera a llevar al terminal de vuelta. Tomamos una combi rumbo a Desaguadero pasamos por pueblos muy lindos como Chucuito, ILave, Juli y Zepita con una fachada de iglesia que vimos a la pasada que nada podría envidiarle a las antes apreciadas en las diferentes ciudades. Ya en Desaguadero, que tiene un lado peruano y un lado boliviano, nos dirigimos a la oficina de migración donde nos orientaron para llegar a Copacabana. 

3 comentarios:

  1. A mi tambien me funciona el "pelómetro" con esa música, y me afloran las ganas de bailar, es algo que siento desde bien niña, cuando veia por una rendija, los ensayos de Los carmelitos, soñé con pertenecer a ellos,me imagino los lugares, y me parece estar allí. Cuando con mi prima Chela estuvimos en Desaguadero, era un pueblo chiquito, y es divertido eso del puente, te demoras unos segundos en pisar otro pais.
    Un abrazo a ambos, nos están haciendo vivir muchas emociones.A seguir en la huella.

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  2. las bandas de bronces, los sonidos andinos... que belleza.... mi mamita siempre decia que nos tiraba la sangre.... y claro que tenia razon mi viejita hermosa!!!

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  3. Siempre me han llamado la atención esos bailes, sus colores y las mascaras de la diablada "que le llamaban". Mis primas Laras ( por parte de mis hermanos Laras y mi abuelita Aurelia), ella están en el carnaval que van a venerar a la Virgen de las Peñas...Los bailes son muy hermosos y la musica muy de uno....como dice la Nia, esta en la sangre y cuando hay sangre eso te tira....Love Fer...White Plains NY.

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