01 de febrero
Llegué de madrugada a Iquique, en el terminal de buses me esperaba Weimar, es increíble ¡cómo es que la sangre tira!, no soy lo que se dice “sociable”, sin embargo me sentí cómoda y acogida.
Llegando a Arica (luego de acallar mi sonajera de tripas)fuimos a la casa de Tía Doris, yo, que no conocí a mi abuelita Sara siempre siento, cuando puedo abrazar a una de sus hermanas, que algo de ella me recibe. Weimar me encomendó la tarea de entrevistar a la tía (de acuerdo a una plantilla de entrevista que fabricamos), escucharla recordar, ver como hilaba sus memorias donde se entrelazaban tantos nombres que escuché decir a mi madre me produjo la sensación de pertenencia que a veces siento que me falta.
Quisimos visitar a tío Juan pero iba de salida, asi que con tía Doris de guía, partimos a la casa de tía Emma (corríjanme si el nombre no se escribe así), ahí cumplí los encargos de muchos abrazos y besos que me había hecho mi madre, escucharla recordar a la abuelita Lupe, sabiendo que su memoria reciente falla y presenta importantes lagunas, y ver esa chispita de entendimiento cuando le dije quien era yo, me dejó con ese sabor dulce de la buena nostalgia.
Finalmente, en Arica, quisimos comenzar nuestra aventura donde terminó el viaje de vida de los abuelos, así que visitamos el cementerio, pedimos por su tutela y su apoyo, en una ceremonia muy simple y sin ritos, arreglé las flores que dejamos en la tumba, recordando cuantas veces he hecho lo mismo para la tumba de mi abuela Sarita, también ella viene conmigo, y mi madre, en la huella de la sangre, escribiendo la memoria para que no se pierda.
En cada generación hay una mujer que ha sido la escribana de los hilos familiares, tal vez en esta generación me toque esa labor.
Con una par de días de desfase
desde Arequipa
Paula
Parece que "me lo voy a llorar todo"; es que siento que estoy allá, junto a mi hija y mi primo, buscando aquello que solo escuché de mi mamita, sintiendo el cariño de la mami Lupe, mirando en los ojos de mi hija mis raices.
ResponderEliminarQuerida prima aunque no nos conozcamos en persona la sangre nos hace reconocernos, leer tus escritos me emociona profundamente ya que anhelo el lazo de mis ancestros y siento que parte de mi esta con uds. en esta búsqueda y no solo para mi si no que para mi descendencia se los agradezco inmensamente desde mi corazón. un gran abrazo y mucho amor para uds.
ResponderEliminarAlemania
hola soy karen hija de auristela al leer tu publicacion se me encresparon los pelos y me emocione mucho , que bueno que esten haciendo esto y poder saber algo mas de nuestros antepasados, ansiaba que empezaron luego su viaje. que les valla bien saludos felicitaciones por esta aventura que realizan
ResponderEliminarQue bien escribes prima... nos has transportado a esos lugares y nos haces ver a esas personas...
ResponderEliminarItala hace otro aporte, según contaba la tía Adriana la mami Lupe nació en Tacna, nuestros bisabuelos en Cochabamba, que la bisabuela Antonia era alta, blanca de ojos claros, el bisabuelo, moreno, de rasgos serranos.
ResponderEliminarYo he disfrutado poco ( casi nada) a mi familia materna, pero recuerdo claramente a mi Mamita dejando flores en la tumba de la Mamita Lupe y diciéndome que la vida es irónica, " Mi Mamita decía que cuando mi padre muriera se vestiría de rojo y bailaría en su tumba, y aquí esta mi madre arriba de la tumba de padre por la eternidad...". Es una tumba con azulejos blancos y azules ¿verdad?.
ResponderEliminarQue Dios los acompañe en su viaje, tráeme la paz que se respira en esa eterna morada